FORMAÇÃO PARA OS VOTOS SIMPLES:
A formação inicial é o caminho que prepara o jovem para professar os votos simples de pobreza, castidade e obediência, assumindo temporariamente a vida religiosa franciscana. Essa etapa inclui o postulantado, o noviciado e os primeiros anos de profissão temporária, marcados por intensa vida fraterna, oração, estudo, serviço e discernimento vocacional.É o tempo de enraizar o coração no carisma de São Francisco e aprender a viver como frade menor no mundo de hoje.
FORMACIÓN PARA LOS VOTOS SIMPLES:
La formación inicial es el camino que prepara al joven para profesar los votos simples de pobreza, castidad y obediencia, asumiendo temporalmente la vida religiosa franciscana. Esta etapa incluye el postulantado, el noviciado y los primeros años de profesión temporal, marcados por una intensa vida fraterna, oración, estudio, servicio y discernimiento vocacional.Es un tiempo para enraizar el corazón en el carisma de San Francisco y aprender a vivir como fraile menor en el mundo de hoy.
FORMAÇÃO PARA OS VOTOS PERPÉTUOS:
Essa etapa é precedida por um tempo de formação permanente, que vai além dos estudos iniciais: trata-se de cultivar uma vida espiritual sólida, uma maturidade humana equilibrada e um amor profundo pela fraternidade e pela missão da Ordem.
Na profissão perpétua, o frade já não está apenas em discernimento, mas confirma diante de Deus e da Igreja a decisão de ser franciscano por toda a vida. É o tempo de viver a fidelidade cotidiana, de testemunhar a alegria evangélica em meio ao povo de Deus e de aprofundar continuamente a configuração a Cristo pobre e crucificado.
Assim, os votos perpétuos são a plenitude da consagração franciscana, expressão da entrega total que transforma toda a existência em serviço, oração e fraternidade.
FORMACIÓN PARA LOS VOTOS PERPETUOS:
Esta etapa está precedida por un tiempo de formación permanente, que va más allá de los estudios iniciales: se trata de cultivar una vida espiritual sólida, una madurez humana equilibrada y un amor profundo por la fraternidad y por la misión de la Orden.
En la profesión perpetua, el fraile ya no está solamente en discernimiento, sino que confirma delante de Dios y de la Iglesia la decisión de ser franciscano para toda la vida. Es el tiempo de vivir la fidelidad cotidiana, de testimoniar la alegría evangélica en medio del pueblo de Dios y de profundizar continuamente en la configuración con Cristo pobre y crucificado.
Así, los votos perpetuos son la plenitud de la consagración franciscana, expresión de la entrega total que transforma toda la existencia en servicio, oración y fraternidad.